miércoles, 14 de diciembre de 2011

Semiinconsciencia



Últimamente mis actualizaciones están un poco de capa caída debido a una tempestad de trabajos y exámenes que machacan mis pocos momentos de reflexión y creacion.

Estoy deseando que esta temporada acabe para tener tiempo para mi mismo...

PD: ahora lo máximo que puedo hacer para el funcionamiento del blog es pasar recetas musicales que te abstraigan del mundo.

:)

domingo, 27 de noviembre de 2011

26 de Noviembre


Ayer actuaron en Cartagena Fleet Foxes, los que para mi problemente sean uno de los grupos más rompedores de la "nueva" oleada de Folk contemporaneo estadounidense. Sus juegos de voces y sus ritmos convirtieron el auditorio en un gran teletransportador que te hacia viajar a parajes naturales escondidos en los más recónditos lugares de la tierra.

Una pena que el concierto tuviera que verse sentadao en butacas... La necesidad de poder bailar lo que en eso momento sentía se reducían a timidos movimientos de cabeza y leves golpecitos en el muslo, pero bueno, ¡mala pata!. Aun así fue un Señor concierto que dificilmente podre olvidar :)


Pd: intentare colgar mi cutre grabación del concierto :)





viernes, 25 de noviembre de 2011

25 de Noviembre

Felicidades!!
Un año.. ¿o siete?



De regalo un rato de música que ha evolucionado en este tiempo, hecho con todo el cariño... y unas carátulas con miles y miles de cerdos gatos. ;) Para todos los que habéis pululado por este blog, que espero que os guste :) ... y sobretodo, para tí y para mi, porque la magia nos sorprendió en medio de un bostezo estruendoso.
.. música para gatos chicos y otros mamíferos:
                                                             Tropezones de pezones





..un adelanto:

viernes, 9 de septiembre de 2011

El dios de las pequeñas cosas

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No importaba que la historia ya hubiese empezado, porque hacía tiempo que el kathakali había descubierto que el secreto de las Grandes Historias es que no tienen secretos. Las Grandes Historias son aquellas que ya se han oído y se quiere oír otra vez. Aquellas a las que se puede entrar por cualquier puerta y habitar en ellas cómodamente. No engañan con emociones o finales falsos. No sorprenden con imprevistos. Son tan conocidas como la casa en la que se vive. O el olor de la piel del ser amado. Sabemos cómo acaban y, sin embargo, las escuchamos como si no lo supiéramos. Del mismo modo que, aun sabiendo que un día moriremos, vivimos como si fuéramos inmortales. En las Grandes Historias sabemos quién vive, quién muere, quién encuentra el amor y quién no. Y, aun así, queremos volver a saberlo.

Ahí radica su misterio y su magia.

Para el Danzarín de Kathakali esas historias son sus hijos y su infancia. Ha crecido dentro de ellas. Son la casa donde se crió y las praderas en las que jugó. Son sus ventanas y su forma de ver. Así que, cuando cuenta una historia, la trata como si fuese una hija suya. Se burla de ella. La castiga. La lanza al aire como una pelota. Forcejea con ella, caen al suelo y luego la deja escapar otra vez. Se ríe de ella porque la ama. Puede transportarte por mundos enteros en pocos minutos o puede detenerse durante horas a observar una hoja marchita. O a jugar con la cola de un mono dormido. Puede pasar sin ningún esfuerzo de las matanzas bélicas al júbilo de una mujer que se lava el pelo en un arroyo de montaña. De la astuta vivacidad de un rakshasa con una idea nueva a un aldeano chismoso con un escándalo que propagar. De la sensualidad de una mujer dándole de mamar a un bebé a la seductora malicia de la sonrisa de Krishna. Puede desvelar la gota de dolor contenida en la felicidad. El pez oculto de la vergüenza en un mar de gloria.

Cuenta historias de los dioses, pero su cuento surge de un corazón humano, impío.

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